lunes, 11 de agosto de 2014

El genio que perdió la figura

 
Antoine Walker fue uno de los jugadores con más calidad técnica de su época, pero terminó desaprovechándola a base de indolencia y falta de trabajo. A sus 38 años, el alero podría continuar jugando en la NBA. Varios jugadores en la liga tienen su edad, y por falta de talento o de calidad no es por lo que el alero se retiró de las canchas en abril de 2012. Una estrella en su época, Walker se acomodó y pecó de falta de trabajo duro, algo indispensable en una liga como la estadounidense. Gran parte de su carrera convivió con problemas de sobrepeso, especialmente desde su salida de los Celtics.

Sin embargo, siempre compensó ese mal estado físico con un talento extraordinario y una capacidad triplista portentosa, que le valió para ser campeón de la NCAA y obtener el número 6 del draft de 1996 para llegar a la NBA. Le eligieron los Boston Celtics, donde Walker hizo una dupla casi mítica con Paul Pierce, que a pesar de conseguir clasificarse únicamente dos veces para playoffs fue de fantasía, y a la que sólo le faltó un anillo para ser absolutamente redonda. El alero pasó en Boston siete temporadas, logrando promediar 20.7 puntos, 8,6 rebotes y 4 asistencias por partido. Unos números que le valieron para ser 3 veces all-star, una de ellas como titular, así como para ser incluido en su primera temporada en la liga en el mejor quinteto de rookies de la NBA. Entre los años 2000 y 2003, Walker llegó a promediar más de 40 minutos por partido, mostrando que por aquel entonces sí se encontraba en un gran estado físico. En la 2001-02 incluso fue el jugador que más minutos disputó en toda la liga.

En verano de 2003 los Celtics le traspasaron a los Mavericks, comenzando un periodo irregular para el jugador. Toine, como era conocido, asegura que el día que le comunicaron que no seguiría en Boston lloró profundamente, una muestra del apego y arraigo que el jugador, nacido en Chicago, llegó a sentir por la ciudad y el equipo de Massachussets. En Dallas no acabó de arrancar, sus numeros bajaron algo y la franquicia tejana decidió traspasarlo al final de 2004 a Atlanta. La 2004-05 la comenzó en los Hawks, que a pesar de promediar unos buenos 20.4 puntos y 9.4 rebotes por partido decidieron enviarlo a Boston a mitad de temporada. Walker terminaría así aquella temporada en la que durante tantos años había sido su casa. Pero al final de aquella temporada, su carrera dio un nuevo e inesperado giro. Un traspaso a 5 bandas y que incluyó hasta a 12 jugadores, el más numeroso en la historia de la NBA, acabó con el alero en Miami Heat.

Dos temporadas estuvo Walker en Miami, una con luces y otra con sombras. En los Heat vio cómo por primera vez en su carrera su rol en un equipo era más de secundario que de jugador principal. Secundario de lujo, eso sí. En la primera temporada con los de Florida logró el que fue su único anillo como campeón de la NBA, en un equipo que lideraban por aquel entonces Shaquille O'Neal y Dwayne Wade. La segunda temporada, sin embargo, fue la de su auténtico declive. El jugador cogió algunos “kilos de más” que se notaban en pista y le hacían más lento. En Miami se dieron cuenta del bajón del jugador y en 2007 le traspasaron a los Timberwolves.

“Soldado Universal”, como apodó Andrés Montes a Walker, vivió su última temporada en Minnesota. Allí apenas jugó 46 partidos en la 2007-08, donde su rendimiento fue muy bajo, muestra de que sus problemas físicos y su mal estado de forma eran cada vez más evidentes. Al final de ese año vivió un nuevo traspaso, esta vez a los Grizzlies, quienes cortaron a Antoine antes de comenzar la siguiente temporada, por lo que no llegó a debutar con los de Memphis. Por cierto que en ese traspaso los Grizzlies enviaron a Minnesota los derechos de Kevin Love, entre otros jugadores.

Antoine Walker, una vez cortado en 2008 y con un pésimo estado de forma, buscó equipo pero ya nadie apostó por él en la liga. A partir de entonces comenzó un auténtico infierno para el alero, que además de sus problemas físicos veía como se le agotaba la fortuna que había amasado durante años en la NBA. Walker tuvo enormes problemas de deudas, perdió losmás de 80 millones de dólares que llegó a ganar como profesional, llegando a declararse en bancarrota en 2010 y siendo condenado en 2011 a cinco años de libertad condicional y a pagar 500.000 dólares por deudas con casinos.

Al no recibir ofertas de ningún equipo en la NBA, probó en la liga de Puerto Rico, donde apenas estuvo dos meses en 2010, y en 2012 llegó a enrolarse en los Idaho Stampede de la NBDL, la liga de desarrollo estadounidense, a la espera de una llamada de algún equipo profesional. Una llamada que nunca llegó, entre otras cosas porque por entonces Walker llegó a pesar hasta 20 kilos más que en su etapa en Boston. En abril de 2012 anunció su retirada definitiva de las canchas.

Recientemente ha asegurado haber solucionado sus problemas de deudas y encontrarse al menos en una situación estable económicamente, afirmando que ha aprendido mucho de esta difícil etapa de su vida. Incluso llegó a ofrecerse el verano pasado vía twitter como entrenador para los Celtics, tras conocerse la marcha de Doc Rivers a los Clippers.

Antoine Walker, genio y figura, si bien es la prueba de que el genio es algo que no se pierde, pero la figura es algo que hay que cuidar para poder rendir al máximo.

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